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Cobquecura, Curanipe y Pelluhue

Estos asentamientos costeros mantienen hasta hoy sus características de pequeños pueblos, dedicados a la pesca artesanal. En uno de esos parajes -Cobquecura- nació el escritor Mariano Latorre, creador del "criollismo chileno". Para entonces, fines del siglo XIX, aquella localidad tenía ocho mil habitantes. Actualmente apenas supera los seis mil. Este decrecimiento de población, así como el de Curanipe y otros, se produjo debido a la migración campo-ciudad. Esta situación llevó a sus habitantes a orientarse al rubro del turismo y reconvertir las localidades -Pelluhue, Cobquecura, Curanipe, Constitución- en balnearios para los talquinos, curicanos y santiaguinos. Curanipe, por ejemplo, ha albergado desde fines del siglo XX numerosos campeonatos de surf debido a la calidad de su oleaje. Cobquecura, en tanto, tuvo como uno de sus íconos naturales -a semejanza de Constitución- a la Iglesia de Piedra, un conjunto rocoso costero.

En lo arquitectónico, estos pueblos se caracterizaron por sus viviendas antiguas y de gran tamaño. Por ejemplo, en Cobquecura, hasta el terremoto de 2010, existía un atractivo paisaje campesino conformado entre otros por la Casa Garcés, la Casa Tardón y su pilar de esquina colonial, la Casa-corredor Mena y la Casa Vera. Todas viviendas de arquitectura chilena que llevaron a que el centro de Cobquecura fuese nombrado "Zona Típica". Al haber sido epicentro del terremoto de 8.8 grados que afectó a la zona centro-chilena en febrero de 2010, todas esas construcciones quedaron destruidas o seriamente averiadas. Cuestión similar ocurrió en Pelluhue y Curanipe.