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Columna de Scout

La semana cinematográfica propició la participación de sus lectoras y lectores por intermedio de diferentes instancias. Una de estas instancias de participación fue la columna de "Scout", personaje masculino que apareció desde el cuarto número y continuó hasta la desaparición del semanario.

Si bien la columna hizo énfasis en la admiración de Scout por actrices hollywoodenses del tiempo, como Carmel Myers (1899-1980) o Francisca Bertini (1892-1985), muy tempranamente -a partir de la solicitud de una lectora que cuestionó el motivo "para no publicar en su revista sino retratos de mujeres" ("Carta de una lectora", La semana cinematográfica. Año 1, número 4, 30 de mayo de 1918, p. 7)- La semana cinematográfica incorporó fotografías y noticias de actores, como se hizo en el quinto número, donde se publicó un retrato de Creighton Hale (1882-1965) junto a la columna de Scout en la que se aludía a su próximo matrimonio ("El retrato de Creighton Hale". La semana cinematográfica. Año 1, número 5, 6 de junio de 1918, p. 11).

Siguiendo este tono liviano, característico de la columna, Scout recibió las inquietudes de sus lectoras, quienes buscaron consejo en temas amorosos, centrados en particular en la problemática del matrimonio, como los textos "Casarse o no casarse", aparecido en el número 102 del 15 de abril de 1920, o "Jugando ajedrez", publicado en el número 109 del 3 de junio de 1920, y en temas que tuvieron por eje la participación de las mujeres en el espacio público y la importancia de su desarrollo intelectual.

Respecto de la idea de que la política era un terreno exclusivamente masculino, la columna de Scout cuestionó este estereotipo: "¿A quién se le puede ocurrir que porque una mujer es mujer, no ha de poder interesarse en los asuntos que miran al gobierno y a la administración de su país? ¿Acaso las mujeres son seres inferiores, incapaces de pensar, y buenos solo para arreglar la casa como las sirvientas, o para entretener al amo, como los pajarillos enjaulados que se cuelgan en los halls? No, no, y mil veces no. (…) Las mujeres, pues, no solo pueden a mi juicio hablar de política, sino que deben hacerlo con frecuencia, deben imponerse de sus rumbos y deben hacer pesar en la balanza de la opinión pública su propio parecer" ("Hablemos de política". La semana cinematográfica. Año 3, número 113, 1 de julio de 1920, p. 7).

Sobre el desarrollo intelectual de las mujeres, en el número 129 del 21 de octubre de 1920, se reprodujo una carta enviada por un lector, firmada como "Soldier", en la que describía a su esposa ideal: "Creo que no debe ser literata, ni muy entendida en cosas de arte ni de ciencia, para que no se dedique a eso. Creo también que no debe tener mucha ambición ni aspiraciones, para que pueda poner estas en su marido y en sus hijos. Resignada con su suerte, paciente, abnegada, solícita, tal me imagino yo a mi mujer ideal" ("La esposa ideal". La semana cinematográfica. Año 3, número 129, 21 de octubre de 1920, p. 6).

En tono irónico, Scout dedicó su columna a responder la propuesta de "Soldier", expresando hacia el final que "lo único malo que hay, es que usted mira esta cuestión desde el punto de vista de su propia conveniencia y no toma para nada en cuenta el interés de las mujeres. Pero, no tenga usted cuidado, ya se encargará ella de hacérselo notar. A menos que usted se case, como yo se lo aconsejo, con una verdadera analfabeta. Para tener una buena sirvienta, la analfabeta es la mujer ideal" (p. 7).