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Segundo periodo de La Linterna del Diablo

En 1876, La Linterna del Diablo retomó sus publicaciones luego de un receso de seis años, con un total de cinco números, manteniendo su carácter de medio satírico que atacaba a las figuras públicas del momento y la inclusión de caricaturas de forma permanente en sus páginas.

Su mayor cambio en esta reaparición fue a nivel de diseño pues, a diferencia de las ediciones que se publicaron entre 1867 y 1869, el título del periódico ya no incluyó una litografía que integraba el nombre de la publicación y al personaje del diablo llevando una linterna en sus manos. Sin embargo, conservó otros aspectos de formato como la distribución del texto a tres columnas y la extensión de cuatro páginas.

Durante este periodo, el foco principal de crítica del periódico fue la clase política. Uno de los asuntos a los que mayor atención dedicó el periódico fue a lo relacionado con las elecciones presidenciales de 1876, enfocándose en sus candidatos, Benjamín Vicuña Mackenna (1831-1886) y Aníbal Pinto Garmendia (1825-1884).

Durante el periodo de la candidatura presidencial, La Linterna del Diablo no se inclinó por ninguno de los aspirantes, sino que criticó abiertamente a ambos, aunque con especial encono a Vicuña Mackenna, con quien el medio tenía un historial, que se pronunció con su denuncia a La Linterna y otros medios por injurias y calumnias. Con estos precedentes y la participación de Vicuña Mackenna en 1876, primero como intendente de Santiago y luego como candidato presidencial, el periódico nuevamente le dirigió su pluma satírica.

Sin embargo, este interés en la figura de Vicuña Mackenna no fue exclusivo de La Linterna: "Apenas lanzado don Benjamín Vicuña Mackenna en su ardorosa campaña política, surgieron como por encanto los periódicos de caricaturas, redactados con intencionada pluma". Así fue el caso de otros medios satíricos como El Padre Cobos (1875-1894) y El Chicote (1875-1876), El Tigre y Exequias del excandidato popular. Interés que surgió debido a que "desde el primer momento no fue un secreto que el autor de la Historia de Santiago contaba con las simpatías del Partido Conservador, y con la hostilidad declarada del gobierno, a cuya sombra prosperaría la candidatura de don Aníbal Pinto" (Donoso, Ricardo. La sátira política en Chile. Santiago de Chile: Imprenta Universitaria, 1950, p. 70).

Cuando Benjamín Vicuña Mackenna retiró su candidatura presidencial, La Linterna se burlaba de la situación: "La disparada es en estos momentos espantosa. Ahora falta solo que renuncie Pinto. ¿Nadie quiere pues ser presidente? ¡Vaya una modestia de candidatos!" ("Chisporroteos". La Linterna del Diablo. Año II, número 2, 26 de junio de 1876, p. 4). Una vez que se realizó la elección, el medio continuó cuestionando el proceso, pues denunciaba que Pinto fue elegido por pocos votos. Así, por ejemplo, el 9 de julio de 1876, apareció una caricatura en la que se mostraba al diablo en las urnas haciendo el conteo de los votos, pero solamente se encontró con uno, respecto a lo que comentó: "Al fin encontramos un voto! Se salvó la patria, pues ya no quedaremos sin presidente" y Aníbal Pinto respondió recibiendo la papeleta "Echameló al sombrero" (La Linterna del Diablo. Año II, número 4, 9 de julio de 1876, p. 4).

El último número de La Linterna del Diablo apareció el 3 de agosto de 1876 y dejó de publicarse sin indicación del cierre por parte del medio, pues hasta esta edición, se mantuvo la sección de aviso al público con la que acostumbraba a cerrar el periódico.