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Expansión de la Cobertura de las distintas áreas del Bienestar Social

Entre las décadas de 1920 y 1970, la expansión de la población que se hacía parte de los beneficios sociales en las áresas de vivienda, previsión, salud y educación aumentó sostenidamente.

En caso de la educación, a partir del impulso generado por la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria de 1920, la cantidad de niños y niñas matriculados en escuelas chilenas superó los 500.000 a inicios de la década de los treinta, en tanto que los estudiantes secundarios llegaban a ser más de 70.000.

Para 1970, se calculaba que el 80% de la población en edad escolar asistía a alguna institución de educación, en tanto que desde 1965 los esfuerzos del Estado se habían concentrado en acercar la enseñanza formal a los sectores largamente postergados por medio de la construcción de 1.400 escuelas rurales. A nivel de educación superior, en esa misma fecha se fundó el Instituto Nacional de Capacitación Profesional (INACAP), el Departamento Universitario Obrero-Campesino de la Universidad Católica (DUOC) y la Universidad Técnica del Estado, todas ellas instituciones orientadas a facilitar el acceso de jóvenes obreros y campesinos a esta instancia de formación.

En el área de la salud, los mayores logros del período se refirieron tanto a la disminución de la mortalidad infantil -llegando ésta a 70 por mil nacidos vivos en 1971-como a la ampliación de la cobertura de atención médica y hospitalaria. Para la década de 1960 el Servicio Nacional de Salud y el Servicio Nacional Médico para Empleados (SERMENA) cubrían el 80% de las atenciones ambulatorias y hasta un 90% de las hospitalizaciones.

Asimismo, el siempre apremiante tema del déficit habitacional, fue enfrentado desde la década de 1940 por medio de la creación de instancias específicas de construcción de viviendas. La Corporación de la Vivienda (CORVI), llegó a levantar cerca de 50.000 habitaciones al año entre 1970 y 1973, y a través de programas como la "Operación Sitio" u "Operación Tiza" entregaron terrenos para la autoconstrucción.

En el ámbito de la previsión social, se produjo una considerable ampliación de cobertura por parte de las cajas de seguros, tanto en términos de la cantidad de población beneficiada como en la gama de servicios prestados. Desde los años cuarenta, la Caja del Seguro Obrero comenzó a mantener centenares de consultorios y postas, además del Laboratorio Chile y plantas pasteurizadoras de leche. En términos de beneficios en 1953 se universalizó el Seguro de Cesantía para todos los imponentes, al igual que la asignación familiar. Entre 1958 y 1973 el monto de las pensiones pagadas se incrementó en un 25%, y para este último año, la cantidad de cotizantes alcanzaba los tres millones de asalariados que recibían a su vez, 4 millones de asignaciones familiares.