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sobre la literatura de tradición oral

En su artículo "Notas para una estética del folklore", Fidel Sepúlveda contrasta los valores que priman en el arte occidental con aquellos que subyacen a las prácticas folklóricas. A diferencia del primero, donde el objeto artístico se configura como entidad encapsulada, autónoma respecto de su entorno, los productos de la cultura tradicional cobran vida en el encuentro con el otro y significan esta comunión. Desde este punto de vista, el canto a lo poeta se alza como una creación artística del pueblo, intrínsecamente asociada con el descubrimiento de la propia identidad y constitutiva de un sentido de comunidad.

La literatura de tradición oral cristaliza en el encuentro entre dos culturas, como fruto de un proceso de modulación lingüística a través del cual el mestizo acomoda la palabra heredada a sus necesidades expresivas y creativas y, con ello, "empieza a sentirse hombre habitante de este mundo que equivale a decir habitante de dos mundos, el de acá y el de allá" (De la raíz a los frutos, p. 11). La poética tradicional, articulada por un pueblo acostumbrado a la precariedad material, aprovecha al máximo las posibilidades comunicativas de sus recursos lingüísticos; los exprime, recicla y reprograma hasta el infinito, al tiempo que afina un modo de comprensión que Sepúlveda califica como "percepción iceberg", capaz de descubrir el sentido en lo fragmentario, lo ambiguo, lo informal, lo yuxtapuesto.

Un concepto central que acuña el autor al respecto es el de la disponibilidad, principio sobre el cual descansan tanto la ética como la estética de la literatura popular y de sus cultores: "La cultura de la precariedad -afirma Sepúlveda- descubre que en todo lo existente hay una disposición a servir, a ponerse al servicio de la necesidad. La necesidad abre la llave de la potencialidad infinita del mundo" ("Nicanor, Violeta, Roberto Parra. Encuentro de tradición y vanguardia", p. ). El poeta popular ejercita el don de transfigurar lo que tiene a la mano, de sublimar las carencias abriéndose al mundo y participando de él siempre desde el asombro. "La emergencia del ser hispanoamericano -sostiene- acontece como expresión y como creación. Como rescate y revelación de materiales para armar el proyecto-trayecto que le permite llegar a la otra orilla" (De la raíz a los frutos, p. 17).

La poesía tradicional, asimismo, refleja el íntimo vínculo entre lo humano y lo divino que da forma a la sensibilidad popular. En el artículo "Fray Andresito, poeta a lo divino", Sepúlveda destaca que "lo divino está en el origen, en el presente, [y] en el destino final de lo humano" (p. 32), de lo que se desprende que tanto la vida y la muerte, como la experiencia del amor y los cantos al Nacimiento y la Pasión, son todas hebras de una sola y misma trama que es la del encuentro con el otro.