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colaboradores voluntarios

Las damas de alta sociedad que participaban en las Gotas de Leche jugaban un papel crucial en la organización como coordinadoras de los servicios y visitadoras. Los médicos reconocían que sus prescripciones eran ignoradas por las madres populares; quizás sus indicaciones eran muy complicadas para ellas o la pobreza del medio en que vivían hacía impracticable sus consejos o, simplemente, pensaban los facultativos, era la fuerza de la costumbre y la desidia las que impedían que ellas cuidaran correctamente de la alimentación e higiene de sus hijos. La función de las mujeres de elite era asegurar que aquellas madres que habían asistido a los consultorios y a los dispensarios de leche cumplieran en sus hogares las normativas médicas. Lo hacían a través de visitas periódicas al domicilio de las beneficiarias donde volvían a instruirles sobre cómo criar a sus hijos adecuadamente. Para ejecutar bien su labor, las mujeres de elite se preparaban, por medio de charlas y manuales, en conocimientos científicos sobre puericultura, y acompañaban a los médicos cuando atendían a las madres con sus hijos. A su cargo también, estaba la organización de actividades que estimulaban a las madres a cumplir las instrucciones, y la confección y distribución de un ajuar para los pequeños más necesitados. Los objetivos de la visitación eran diagnosticar la situación familiar de las madres y favorecer, en lo posible, la regularizacion de las relaciones maritales informales y la ilegitimidad de sus hijos. En el Primer Congreso de Protección a la Infancia (1912), el Congreso Mariano de 1918 y el Congreso de las Gotas de Leche (1919), los médicos y mujeres de la oligarquía dieron testimonio de la visitación de señoras. Esta actividad puede concebirse como un antecedente del trabajo que desarrollarían las futuras visitadoras sociales.