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Carmela Jeria Gómez (1886-1966)

Carmela Jeria fue una tipógrafa y dirigente política, que fundó y dirigió La Alborada, periódico por el cual es comprendida en la actualidad como "pionera de la lucha obrera feminista chilena" (Ríos Palma, Camila. Carmela Jeria Gómez. Precursora del feminismo obrero en Chile. Santiago: Memoria para optar al título de Diseñadora Gráfica. Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile, 2020, p. 36).

Jeria nació el 16 de julio de 1886, hija de Mauricio Jeria y María Gómez. Su padre se desempeñó como agente de policía y ayudante del Primer Juzgado del Crimen de Valparaíso. Fue socio accionista en las agrupaciones obreras de Valparaíso "Centro Balmaceda" y la Sociedad "Razón y Justicia" (Valle, Isabel. "Una de tantas. Trayectoria vital de una luchadora social en los albores del siglo XX en Chile". Mora. Número 22, 2016, p. 9).

En 1905, Carmela Jeria trabajaba en la Imprenta Gillet, "ubicada en la calle Urriola 16, en el límite del Cerro Alegre", en Valparaíso (Ríos Palma, p. 114), lugar en el que se desempeñaba como tipógrafa aproximadamente desde los 16 años. A partir de su trabajo en el taller de imprenta, "se instruyó en muchas áreas", como era usual entre los tipógrafos, que "suelen ser considerados los obreros más instruidos dada su labor de composición que les obliga a leer e inspeccionar cada una de las publicaciones que pasan por sus manos, combinando el trabajo físico con el intelectual" (Ríos Palma, p. 91-92).

Jeria fundó La Alborada en septiembre de 1905 en la ciudad de Valparaíso, cuando tenía 19 años, medio orientado al mundo obrero en general y a las mujeres "obreras propiamente tales, definidas por Carmela como 'vejadas trabajadoras'" (Illanes, María Angélica. "La mujer alborada: una expresión de feminismo popular (inicios del siglo XX)". Nuestra historia violeta. Feminismo social y vidas de mujeres en el siglo XX: una revolución permanente. Santiago de Chile: LOM Ediciones, 2012, p. 15). En este periódico se reunieron otras voces líderes de organizaciones del mundo obrero, como fue el caso de Esther Valdés y Eloísa Zurita Arriagada (1875-1941).

En La Alborada, Jeria escribió la mayor parte de los editoriales, en los que dio informaciones relativas al funcionamiento del periódico e hizo rectificaciones o aclaraciones de artículos publicados en él; además, dio cuenta de actividades de organización obrera a lo largo del país e hizo conocer su pensamiento respecto de las necesidades de trabajadores y trabajadoras. Así, por ejemplo, en 1905, se refirió a las sociedades de socorros mutuos, colectividades que aunque creía relevantes, consideraba que era tiempo de que profundizaran en su labor, no limitándose a atender a los enfermos, auxiliar a los trabajadores en los funerales o elegir sus representantes. Jeria creía que debían encaminarse hacia la "instrucción", por lo que propuso la fundación de escuelas proletarias laicas, diurnas o nocturnas, ya que "mientras mayor número de escuelas existan, donde el obrero vaya a nutrir su inteligencia, menor será el número de ignorantes y de humillados y más fácilmente escalaremos el sendero que nos llevará a la cúspide de nuestras sublimes aspiraciones" (Jeria, Carmela. "Las Sociedades de Socorros Mutuos". La Alborada. Año 1, número 10, Valparaíso, primera quincena de marzo de 1906, p. 1).

Además del editorial, Jeria firmó textos con el seudónimo "Silvana" (Valle, p. 15). En casi todos los números del primer año de La Alborada, aparecieron estos artículos en los que solía informar acerca de actividades relacionadas con mutuales, huelgas y manifestaciones obreras. También publicó otras composiciones de carácter literario, como "Confidencia" y "De noche", que aparecieron en noviembre de 1906, cuando el periódico se publicaba en Santiago, ciudad a la que Carmela Jeria, junto a su madre, habían emigrado tras el terremoto ocurrido en Valparaíso el 16 de agosto de 1906 (Ríos Palma, p. 94).

Respecto de sus relaciones con el mundo sindical y político, Carmela Jeria participó en la Sociedad de Obreras N° 1 de Valparaíso, fundada el 20 de noviembre de 1887 (Illanes, p. 14) y estuvo vinculada con círculos cercanos al Partido Demócrata Doctrinario, "autoidentificado como partido obrero y estrechamente vinculado con grupos anarquistas durante esta época extremadamente conflictiva del movimiento obrero en Chile" (Hutchison, Elizabeth. "El feminismo en el movimiento obrero chileno: la emancipación de la mujer en la prensa obrera feminista: 1905-1908". Proposiciones. Volumen 21, diciembre, 1992, p. 34).

La vinculación de Jeria y La Alborada con el Partido Demócrata se dio en particular con Luis Emilio Recabarren (1876-1924) y Ricardo Guerrero, por intermedio de la imprenta La Reforma, donde continuó con la publicación de La Alborada en Santiago: "Carmela mantendrá una estrecha relación con la imprenta y con el periódico La Reforma del propagandista Luis Emilio Recabarren y participará activamente en el equipo de ambos periódicos: en La Alborada, siempre como directora y en La Reforma como parte del equipo administrador del periódico" (Ríos Palma, p. 94). Por su parte, Ricardo Guerrero fue uno de los fundadores del Partido Obrero Francisco Bilbao en 1898 (Segall, Marcelo. Desarrollo del capitalismo en Chile: cinco ensayos dialécticos. Santiago de Chile: Del Pacífico, 1853, p. 310) y colaborador frecuente de La Alborada, durante el periodo en el que ya pertenecía al Partido Demócrata.

En 1905, Jeria participó como delegada en el Congreso Obrero Social, en particular, en su cuarta reunión, desarrollada en Chillán. En La Alborada, indicó que su asistencia a este evento le significó el despido de su trabajo como tipógrafa. Jeria deseaba aprovechar la instancia para cubrir el congreso y también para dejar instaladas agencias de su periódico en los lugares que iba a visitar. Al solicitar permiso, el administrador de la imprenta le hizo escoger entre "su negocio" -La Alborada- y su trabajo; optó por continuar con el periódico. Comentó en el medio que "con más sacrificios, sí, mantendré esta hoja, pero en mi alma experimento la íntima satisfacción de estar en la lucha y ayudar de una manera modesta, exigua si se quiere, a mis hermanos los proletarios" (Jeria, Carmela. "Hoja de Laurel". La Alborada. Año 1, número 2, Valparaíso, quincena de octubre de 1905, p. 1).

En mayo de 1907, Jeria participó como una de las oradoras en la conmemoración del día del trabajo. En este mismo mes apareció el último número de La Alborada. Se ha indicado que una posible razón de este término pudo deberse a una "rápida sucesión de tragedias familiares" en la vida de Carmela Jeria, pues "tenía a su madre enferma, pronta a morir (lo haría el 3 de agosto de 1907) cuando apenas había pasado el tiempo desde la muerte de su padre" (Valle, p. 11). Luego del término de La Alborada, Jeria colaboró en La Palanca con un artículo en elogio a la Asociación de Costureras por su segundo cumpleaños y el texto de corte literario "Tarde de invierno".

Con posterioridad a su participación en La Alborada y La Palanca, los datos de la vida de Carmela Jeria son escasos. Se ha indicado que sus filiaciones políticas se acercaron a grupos anarquistas hacia la primera década del siglo XX, pues su nombre apareció en medios periódicos de esta corriente, como fueron La Batalla, La Protesta y Luz y vida. En relación con su entorno familiar, se casó con Manuel Schuman Hasin, ciudadano libanés "refugiado de la Primera Guerra Mundial que llegó a la Argentina y cruzó luego la cordillera a pie para instalarse finalmente en Chile". Con él, viajó "de campo en campo por el país vendiendo las telas que este importaba desde sus tierras". Si bien vivió de forma itinerante, Jeria continuó trabajando en imprentas como tipógrafa y linotipista, entre ellas, la imprenta Eros en Santiago, hacia 1950 (Valle, p. 11-14).