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Desarrollo del proceso de colonización

Con la promulgación de la Ley de Colonización de Terrenos Baldíos de 1845, el gobierno del presidente Manuel Bulnes Prieto (1799-1866) dio inicio al proceso de colonización en los territorios del sur del país, específicamente en Valdivia, para luego pasar a La Unión, Osorno y las zonas cercanas al lago Llanquihue. Posteriormente, se sumaron a las tierras de colonización la zona de Melipulli, rebautizada como Puerto Montt y Puerto Varas, ambas localidades fundadas durante el proceso.

La inmigración de ciudadanos alemanes y la colonización de estos espacios tuvieron cuatro etapas. La primera fue impulsada por Bernardo Eunom Philippi (1811-1852), marinero, explorador y comerciante alemán que visitó Chile en varias ocasiones desde 1831. Gracias a su trabajo y contactos políticos, Philippi fue nombrado sargento mayor de ingenieros del Ejército chileno, y, desde esa posición, planificó su empresa de colonización. Para ello se asoció con el cónsul prusiano en Chile Fernando Flindt, la casa comercial Canciani y con el comerciante Franz C. Kindermann, principal inversionista de la empresa y quien adquirió los terrenos en Valdivia.

Por otro lado, en la ciudad-Estado de Hesse Kassel, en Alemania, su hermano Rodulfo Amando Philippi (1808-1904) prestó ayuda en la búsqueda de las primeras nueve familias que subieron al barco "Catalina" con rumbo a Chile. Estas personas llegaron al país en 1846 y se asentaron en los terrenos de la hacienda "Santo Tomás", renombrada "Bellavista", ubicada a orillas del río Bueno, terrenos vendidos por su propietario, Juan Félix De Alvarado y Luque (1797-1856) y adquiridos por la Sociedad Colonizadora de Kindermann y Philippi.

Los recién llegados correspondieron a tres familias de herreros y constructores de apellidos Aubel, Ruth e Ide; la familia de un carpintero de apellido Wachmann; la familia del ganadero Krämer y la del zapatero Henkel; la familia del mueblista Holstein y las familias de los jardineros y agricultores Jäeger y Kramm (Philippi, Rodulfo A. "Los orígenes de la colonización alemana en Chile". En Alemanes en Chile en su primer centenario, Santiago: Liga Chileno-Alemana, 1950, p. 9-10).

La segunda partida de inmigrantes alemanes la coordinó también Bernardo Eunom Philippi entre 1850 y 1851, esta vez comisionado como empresa pública por el propio presidente Bulnes. Estas familias embarcadas en el buque "Hermann" pasaron un periodo en las cercanías de Valdivia y en la Isla Tejas. Entre ellas se encontraban los Anwandter, Busch, Ebner, Hoffman, Kayser, Lechler, Ribbeck y otros, que luego se movilizaron hacia las cercanías del lago Llanquihue y Melipulli. En 1851 arribó también el buque "St. Pauli", que traía a bordo a las familias Harnecker, Teichelmann y otras, y luego varios barcos más con cerca de 200 personas. Estos nuevos grupos de inmigrantes colonos se ubicaron en terrenos de La Unión, Cudico, Osorno, Rahue, Cutipai y otros sectores. En ese periodo llegaron también Rodulfo Amando Philippi, Wilhelm Frick y Wilhelm Döll, quienes fueron de gran ayuda para el desarrollo de la colonización como exploradores, intérpretes y mediadores con el gobierno local y central (Alemanes en Chile en su primer centenario, "Rasgos históricos", Santiago: Liga Chileno-Alemana, 1950, p. 56-58).

El tercer proceso fue más lento pero constante, ya que llegaron al país cerca de setecientos ciudadanos germanos entre 1852 y 1860, bajo la dirección del agente de colonización estatal Vicente Pérez Rosales (1807-1886), quien reemplazó en ese trabajo a los hermanos Philippi.

En ese periodo se presentaron diversos conflictos para la adquisición de terrenos, debidos, por una parte, a la especulación de los terratenientes chilenos al momento de vender, la negativa de las comunidades indígenas de abandonar sus tierras y el desconocimiento de los terrenos fiscales disponibles. Para lograr su cometido, Pérez Rosales debió hacer al menos tres incursiones hacia el interior de la provincia. También, en 1858, llegó a Chile un grupo de sacerdotes jesuitas alemanes que propiciaron la llegada de nuevos colonos que formaron la "Colonia Westfaliana". Este proceso coincidió con la definición de Llanquihue como "territorio de colonización" en 1853 y como provincia en 1861, lo que permitió la expropiación y adquisición de nuevos predios para la colonización.

En esas tres primeras etapas, la mayoría de los colonos recibieron tierras y materiales para la construcción de sus casas, una vaca parida, un caballo, herramientas agrícolas y semillas.

Hubo además conflictos culturales entre los recién llegados y los chilenos, sobre todo en lo que respecta a las formas de trabajo. Los alemanes creían que la clase acomodada de Valdivia era perezosa y no explotaba bien sus tierras e industrias, mientras que los chilenos se molestaron por la "insolencia" de los colonos, quienes exigieron ser tratados como ciudadanos chilenos e iguales a la clase alta valdiviana (Guarda, Fernando. Historia de Valdivia. Santiago: Imprenta Cultura, 1953, p. 314).

En la década de 1860 la emigración alemana disminuyó, producto de algunos conflictos entre chilenos y colonos y por la mala propaganda en la prensa que se había hecho en ese país sobre Chile, lo que favoreció a las empresas de colonización de Estados Unidos. Esto último, sobre todo porque los beneficios entregados por el gobierno se redujeron y las tierras eran de difícil acceso por el bosque que las cubría, por estar a pie de cordillera y porque algunas eran infértiles para la agricultura regular. El proceso fue retomado en la década de 1870 y se vio favorecido por la guerra austro-prusiana y la crisis económica en que Alemania, Austria y Hungría habían caído. Así, entre 1871 y 1875 llegaron diversas familias de orígenes austro-alemanes, principalmente westfalianos, sileses y sajones, sobre todo de la zona de la Bohemia alemana. Entre estas destacaron las familias Hitschfeld, Hoffmann, Klinke, Opitz, Lehmann, Kahler, Loebel, Weisser, además de hombres y mujeres solteros. Estos se asentaron en la zona sur de Llanquihue, siguiendo la ribera del rio Maullín, en las cercanías del volcán Calbuco, en Puerto Varas y en el camino hacia Puerto Montt, donde fundaron la localidad de "Nueva Braunau".

Muchos de estos colonos desarrollaron también algunas actividades que les permitieron incertarse plenamente en la sociedad chilena, como científicos y empresarios, pero también en otros ámbitos como la educación, algunos como profesores universitarios y otros, principalmente mujeres, en el sistema de escuelas normales de preceptores entre las que destacaron las profesoras alemanas Teresa Adametz (1846-1917), Elizabeth Bongard (1849-1928), Verónica Schaefer y Guillermina Von Kalchberg de Froemel.

Si bien la emigración alemana se mantuvo hasta la primera década del siglo XX, la colonización del territorio de Valdivia, Llanquihue y las zonas más australes de ambas provincias fue reemplazada por la colonización hacia la zona norte, en Ngülumapu (Gulumapu) o Araucanía, luego de su ocupación.