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estilo como compositor

Algunas de las características más prominentes del lenguaje compositivo de Alfonso Leng son el empleo regular de una textura armónica, abundante cromatismo, modulaciones constantes y acordes con disonancias agregadas y alteradas. Llegó a desarrollar una escritura cercana a la politonalidad, sin dejar de lado por ello un sentido de lirismo melódico que combinaba brillantemente con la complejidad de la armonía.

En el conjunto de las obras compuestas por Alfonso Leng se observa una asombrosa unidad en la técnica y un alto rigor de expresión, al margen de las modas y las tendencias en boga en su tiempo. Si bien manifestó desde sus primeras obras una afinidad espiritual con los románticos alemanes, con los años fue reelaborando esa matriz estética a partir de nuevas influencias. Sin abandonar su fidelidad a los valores tradicionales del movimiento romántico, Leng contribuyó significativamente a la difusión de las propuestas de autores como Ravel y Debussy, ligados al impresionismo musical.

El estilo de Alfonso Leng se consolidó en sus obras de madurez, que conservan los rasgos fundamentales que conforman su impronta. Sus Cinco Lieder resumen esta fase, así como otras obras para piano que compuso a partir de 1920 como continuación de la serie de las Doloras, el poema sinfónico La Muerte de Alsino, compuesto entre 1920 y 1921, y Fantasía para piano y orquesta de 1936.