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Infinidad de fotocopias

Los trabajos de Rodrigo Lira circularon, principalmente, en fotocopias que el mismo autor repartía en los campus universitarios, siendo junto a los recitales poéticos en los que participaba la forma más común de difundir su trabajo. En estos textos -entre los que se encuentran cartas a los medios de comunicación, postulaciones a concursos y currícula que Lira transformaba en poemas-, insertaba comúnmente recortes de periódicos, imágenes al estilo de los collage y juegos gráficos con las palabras, ampliando los márgenes de la poesía de la época, fuertemente marcada por una tradición lírica y por la necesidad que muchos poetas sentían de enfrentarse, a través de sus versos, a la situación represiva que se vivía en el país.

En este sentido, la poesía de Rodrigo Lira se situaba en un escenario marginal y de ruptura, al incorporar en su labor textual elementos que no siempre fueron bien comprendidos por la crítica y el ambiente poético, y que lo emparentaban con estrategias discursivas más cercanas a las vanguardias artísticas que a la poesía de corte social. Así, su obra ensanchaba el campo de acción poética hacia elementos de la cotidianeidad y el quehacer propio del lenguaje, situando la expresión creativa tanto en el tono de los textos como en las propias dinámicas internas de éstos.