Jorge Délano impuso al medio una línea ecléctica, pese a que nunca pudo disimular su anticomunismo y su antiimperialismo. En la editorial del primer número el "doctor Topaze" informó a los lectores que luego de haber pasado por el ibañismo y el monterismo, las tendencias de la época, decidieron abrazar el topacismo, la enfermedad de los espíritus independientes: "Todo espíritu independiente debe poseer la virtud de comprender rápidamente sus propios errores. Es ridículo sentir vergüenza por haber estado equivocado. Esto aparte de que es una tontería ir en contra de la opinión pública". El único programa político de la revista Topaze fue su independencia y mientras estuvo en mano de sus fundadores, esta línea se mantuvo muy firme, siendo su preocupación editorial más constante disparar a los políticos de todos los bandos sin distinción. Por otra parte mostró interés por los grandes problemas de la economía que frenaron las posibilidades de un auténtico desarrollo para el país. La línea independiente se perdió cuando Coke dejó la dirección y luego vendió la revista. En la década de 1960 quedó poco del inicial espíritu topácico.