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La catedral

La catedral ha ocupado un lugar esencial en el desarrollo de la vida urbana del país. Este espacio no puede circunscribirse exclusivamente al campo de la acción religiosa, urbanística o arquitectónica de la ciudad. Durante varias décadas la catedral fue el corazón de la creación musical religiosa del país, concentrando en ella una buena parte del quehacer musical de los creadores nacionales.

Dentro de las funciones que existían al interior de la catedral, conocido es el cargo de maestro de capilla, un símil del Kapellmeister alemán, cuyas funciones obligaban a componer música, entrenar a los intérpretes y darle visibilidad pública a la música emanada de este centro de culto. Debido a su organización, entonces, la catedral se erigía como espacio de creación, difusión y conservación (archivo) de la música sacra o festiva que circulaba por la ciudad, entregando no sólo vigor estético sino un verdadero alimento musical e histórico a la ciudad.

A fines del siglo XVIII, el barcelonés José de Campderrós (m. 1811) obtuvo por concurso el cargo de maestro de capilla de la catedral de Santiago. Con él se inició una fase de composición prolífica, de la cual hoy se conservan, en los archivos de la catedral, 81 composiciones manuscritas, divididas en 21 obras profanas, 15 misas y 45 obras religiosas de diversa índole.

A continuación se ofrece, como ejemplo de la música escuchada a fines de la colonia en la catedral, la "Misa en Sol Mayor" de Campderrós. La composición muestra un marcado estilo preclásico europeo.