Subir

Recuerdos (1914)

En 1914, apareció Recuerdos, segundo libro de Amelia Solar y último que publicó en vida. La obra reunió poemas de la autora y fue prologada por el abogado y político Ventura Blanco Viel (1846-1930).

Si bien Recuerdos fue el primer libro de poemas de la autora, Amelia Solar ya había colaborado con composiciones poéticas en medios periódicos como El Ferrocarril (1855-1910), la Revista Chilena (1875-1880) y La Estrella de Chile (1867-1879) (Figueroa, Pedro Pablo. "Amelia Solar de Claro". Diccionario biográfico de Chile. Tomo III. Santiago: Imprenta y Encuadernación Barcelona, 1901, p. 282). Algunas de las obras publicadas en esos medios aparecieron en Recuerdos, como fue el caso de "¡Dejad!", "El prisionero del vaticano" y "El ángel de la guarda", editados en La Estrella de Chile en 1872.

Este volumen de poemas y la edición póstuma Poesías de la Sra. Amelia Solar de Claro reunieron solo parte de la producción poética de la autora, pues hay textos que no se incluyeron en ninguno de estos libros recopilatorios, tales como "A un jazmín" y "A la memoria del reverendo Fray Aracena", poemas que se publicaron en La Estrella de Chile en 1873.

Recuerdos recopiló cuarenta poemas de Amelia Solar que se organizaron en las secciones "Melancolía", "Intimidad" e "Impresiones". En el prólogo del libro, Blanco Viel señaló que parte de los temas de los poemas versaron sobre "emociones del hogar", dedicadas a su esposo e hijos y que otro conjunto fueron sobre "sentimientos que informan su vida, o cuando han llegado a su hogar los ecos del dolor público ante desgracias", como fue el caso de los poemas "El 8 de diciembre de 1863", que trató acerca del incendio de la Iglesia de la Compañía de Jesús, y "Una lágrima sobre la tumba", dedicado en honor al fallecimiento de Benjamín Vicuña Mackenna (1831-1886) (Blanco, Ventura. "Prólogo". Solar, Amelia. Recuerdos. Santiago: Imprenta Universitaria, 1914, p. 7-8).

La referencia de Ventura Solar a la selección de Recuerdos fue breve en contraste con la atención que le dio a la figura de Amelia Solar como heredera de Mercedes Marín Recabarren (1804-1866), su madre. Así, el prologuista, por un lado, destacó que Solar proviniera de un hogar cristiano en el que se cultivaron las "facultades intelectuales" y, por otro, relevó el rol que cumplió Marín en ese desarrollo. En este sentido, Vial presentó a Solar como heredera del "talento poético de su madre y, como ella, dotada de exquisita sensibilidad y de brillante imaginación, ha sentido, pensado y escrito con singular viveza y fortuna" (Blanco, p. 4).

Esta vinculación entre la creación poética de Solar y Marín también se ha señalado en otros prólogos que aparecen en los libros de Solar, en los que se la ha presentado como "continuadora del proyecto materno, en tanto las temáticas y naturaleza de sus escritos se vinculan con los desarrollados por su madre". Sin embargo, se ha mencionado que "comprender la figura de Solar solo como una hija de otra gran escritora es reducir su producción, sin analizar los desplazamientos en los proyectos de ambas autoras". En este sentido, se ha indicado que "la diferencia más concreta entre una y otra viene de la mano de la publicación, específicamente, la forma de publicación, pues mientras que Mercedes Marín no compila su obra en formato de libro, sí lo termina haciendo Amelia Solar" con la publicación, en primer lugar, de Haroldo. Episodio del siglo XIV (1887) y luego Recuerdos. Este gesto "muestra un replanteamiento del estatus de la escritura femenina en una producción que ya admitía su aglutinación en un formato que parecía signado solo para los hombres. Su carácter continuador, pero en cierto grado innovador en relación a [sic] la propuesta materna, nos da cuenta de dicho tránsito fundamental en el fin de siglo nacional" (Landeros, Damaris. "Amelia Solar (Marín) de Claro: tradición y ampliación del espacio escritural". En Contreras, Joyce; Landeros, Damaris y Ulloa, Carla. Escritoras chilenas del siglo XIX: su incursión pionera en la escuela pública y el campo cultural. Santiago de Chile: Red Internacional del Libro®Editores, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, 2017, p. 185-186).