Narrador y dramaturgo, el escritor Carlos Vattier encarnó la chispa y ligereza de sus personajes. Sus libros Barula (1930), Cuentos para gente simpática (1938) y Noche de judíos (1940) son menos conocidos que las anécdotas de las cuales era protagonista en la bohemia santiaguina de los años 30. De rostro pálido y gestos finos, cuenta el periodista Carlos Concha que "una noche, mientras estaban reunidos en el café Rex, Carlitos, -como le decían sus cercanos Vicente Huidobro e Inés Echeverría Bello- entabló una fuerte discusión con un simpatizante de Hitler. Vattier utilizó todo su ingenio verbal en denigrar a su contendor, lo que provocó la ira de éste que terminó dándole un balazo en el brazo. Ya en el hospital, el doctor que lo llevaba en camilla preguntó: '¿Quién es esta señora?' Vattier, con su brazo herido, asoma su cabeza y grita: '¡Señorita!'" (Crónica, 1979, p. 18).