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estética del fotógrafo

Si bien el ambiente artístico en que creció Ladrón de Guevara y el reconocimiento de sus habilidades auguraban un exitoso desempeño en esta área, sus intereses apuntaban en una dirección distinta. Más allá de las manifestaciones clásicas de las artes visuales como la pintura, el grabado o el dibujo, y de la obra de arte entendida como objeto único, sus inquietudes apuntaban a una combinación de lenguajes artísticos y mecanismos técnicos en función de la comunicación. Los medios idóneos que abrían este camino eran la fotografía, el grabado, los trabajos de impresión, la industria gráfica y las revistas.

Su dedicación a las empresas y al ámbito productivo, aunque puede ser interpretada como una pérdida en la autonomía y las posibilidades de creación, constituyó un camino alternativo hacia esta. Mientras otros fotógrafos encontraban inspiración en paisajes, grupos humanos, sucesos extraordinarios, Ladrón de Guevara encontró su inspiración en los trabajadores, las estructuras, las máquinas, los paisajes industriales, las edificaciones y en la multiplicidad de procesos productivos capturados a través de su cámara.

En sus fotografías para los sectores productivos, la imagen no sólo cumple la función de registro y promoción exigida por los clientes, sino que adquiere un significado que trasciende su finalidad práctica. A través de recursos varios como encuadres, contrastes, iteración y texturas, Ladrón de Guevara descubre en el mundo de la producción un terreno inexplorado, rico en significados y posibilidades, como el que su padre le había enseñado a ver en la naturaleza.

El claro componente artístico que distingue a la fotografía productiva de Ladrón de Guevara durante más de medio siglo y la continuidad que se observa en los recursos artísticos utilizados dieron lugar a una particular estética de la producción y de la modernización nacional.