Subir

La representación del norte de Chile en la “Guía del Veraneante”

En cada uno de sus números, la Guía del Veraneante presentó de norte a sur los principales puntos de interés turístico del país. Sin embargo, el norte de Chile no fue considerado en los diez primeros años de esta publicación. Esta omisión fue explicada por la Guía en repetidas ocasiones, argumentando que, pese a que esta zona ofrecía interesantes atractivos turísticos, no contaba con hoteles y medios de transporte que se ajustaran a las necesidades de los visitantes.

Para el historiador Rodrigo Booth, las explicaciones otorgadas en la revista ocultaron otra razón por la cual este sector del país fue excluido de sus primeros números. Una que se relacionó con la "estética yerma" de esa zona, que impedía que fuera considerada como un lugar atractivo desde la perspectiva del paisaje (cf. "Turismo y representación del paisaje. La invención del sur de Chile en la mirada de la Guía del Veraneante (1932-1962)". Nuevo Mundo. Mundos Nuevos, 2008).

En 1943 esto comenzó a cambiar, ya que desde ese año el norte de Chile fue incorporado en la publicación. La Guía del Veraneante 1943 incluyó un mapa completo de esa zona y detalló los puntos de interés turístico de sus principales ciudades. Una de ellas fue Iquique, ciudad que según la revista poseía "extensas, modernas y lujosas playas como la de Cavancha, una magnífica avenida, orillada de palmeras, que desemboca en un bien tenido restaurante" (Santiago: Talleres Gráficos de los FF.CC. del E, 1942, p. 19).

Con el tiempo, esta zona fue adquiriendo cada vez mayor protagonismo en la Guía y en las iniciativas turísticas lideradas por el Estado. En 1945, la publicación anunció la existencia de algunos proyectos destinados a relevar este sector del país en términos turísticos. Entre ellos, la creación del "Consorcio Hotelero de Chile", entidad en la que participó la Empresa de Ferrocarriles del Estado y que se encargó de construir numerosos hoteles en el norte de Chile, tales como el Hotel Prat en Iquique y el Hotel Francisco de Aguirre en La Serena.

En sus números posteriores, las imágenes de estos hoteles y de otros atractivos turísticos del norte acompañaron las descripciones que la Guía hizo sobre esta zona. Destacaron fotografías de sus principales poblados, balnearios, atractivos naturales como la portada de Antofagasta y el morro de Arica, entre otras.

En los años siguientes, la revista relevó nuevos aspectos del norte de Chile, especialmente en relación a la economía minera que se desarrollaba allí y el aporte que esta significaba para el país. En el número correspondiente al año 1949, la Guía del Veraneante presentó este sector como un lugar con "grandes fuentes de riquezas" que aportaban "crecidos recursos al Estado y contribuyen, por lo tanto, a cubrir en gran parte, las necesidades de progreso del país" (Santiago: Talleres Gráficos de FF.CC. del E., 1948, p. 17). Asimismo, en la década del cincuenta la revista continuó enfatizando la importancia de los yacimientos de cobre y salitre que poseía Chile, esta vez a nivel mundial.