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Medicina de urgencia en el campo de batalla

La Guerra del Pacífico no sólo cambió nuestra geografía o la valoración del mundo popular, debido al rol fundamental ejercido por los sujetos de este segmento social en la Guerra, sino que generó necesidades y espacios óptimos para el desarrollo médico en nuestro país. Además de los ya mencionados Banco de Sangre y la puesta en práctica de los procedimientos asépticos y antisépticos, o Lister, el desarrollo de la medicina de urgencia y las competencias de los médicos en cirugía generaron una nueva valoración de ésta última y motivaron su desarrollo. La medicina de guerra, por ejemplo, tuvo un especial interés por parte de los médicos y voluntarios que trabajaron en la asistencia de heridos, fruto de lo cual se instituyeron nuevas asociaciones como la Cruz Roja Chilena, fundada oficialmente en 1903. Eduardo Moore, médico cirujano fundador de la urología en nuestro país y de la primera escuela de enfermeras (1902) en el Hospital San Borja, no sólo fue un destacado facultativo, becario en Europa, docente y escritor, sino que participó, en su calidad de médico cirujano, en las batallas de Placilla y Concón de la Guerra Civil de 1891. Fruto de esta experiencia, publicó su libro Cirugía de Guerra, texto por el cual se hace acreedor, en 1894, del premio bienal de la Facultad de Medicina. Se publicaron, por encargo del Gobierno, 3.000 ejemplares en Leipzig en 1897, siendo el tercer ejemplar de este tipo publicado a nivel mundial. Dentro de esta misma rama, Moore reorganizó el Servicio Sanitario del Ejército.