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herramientas gramaticales

El aporte del doctor Lenz en el campo de la Gramática puede ser abordado tanto desde el punto de vista metodológico como el teórico. Sus estudios muestran especial interés por las funciones pedagógicas que exige la enseñanza de la gramática de una lengua. Por otra parte, sus planteamientos propiciaron un progreso notable en la concepciones gramaticales que imperaban en la época, marcadas por el pensamiento de Andrés Bello.

En primer lugar, en ¿Por qué estudiamos gramática? (1912), Lenz indica que la enseñanza de la gramática no debe centrarse en el aprendizaje mecánico de las reglas que permiten la correcta construcción de las oraciones en un idioma. Al contrario, la manera de adquirir adecuadamente una gramática es a través de la costumbre, es decir, hablando. Tal como indica el propio autor: "Creer que para hablar sea necesario tener nociones teóricas de gramática es un absurdo tan grande como si se dijera que el que no sabe lójica [...] no es capaz de ordenar sus pensamientos i hablar razonablemente" (p. 22). En La enseñanza del castellano i la reforma de la Gramática (1920), vuelve a criticar el modo mecánico con el que se enseña a los estudiantes secundarios la gramática. Aboga, nuevamente, por una enseñanza a través de la imitación de los buenos modelos, es decir, impregnándose con textos reales escritos en español y no con reglas abstractas descontextualizadas. Si fuera por estudiar reglas gramaticales contenidas en libros, la mayor parte de las lenguas no se podrían hablar correctamente, aducía, puesto que carecen de libros en donde se contengan, explícitamente, sus reglas de construcción y combinación.

En segundo lugar, La oración y sus partes (1920) constituyó uno de los grandes avances dentro de la teoría gramatical en el ámbito hispánico durante el siglo XX. Sin desconocer la importancia señera del trabajo realizado por Bello -por el contrario, Lenz fue uno de sus más entusiastas defensores-, el autor no cree que una actitud pasiva frente a modelos conceptuales establecidos sea la más adecuada tanto para la disciplina como para la práctica pedagógica. Uno de los aportes más significativos de este libro es la relación que establece el autor entre la sintaxis y los postulados psicológicos de su época, representados por los estudios del erudito alemán Wilhelm Wundt. De acuerdo a estos, Lenz define la oración como "la expresión fonética (o lingüística) de la descomposición intencional de una representación total en sus elementos lógicamente relacionados" (p. 39). Esta relación entre los componentes se podría establecer de dos maneras diferentes; por un lado, solamente a través del orden de los constituyentes, y, por otro, a través de "palabritas auxiliares" como preposiciones o conjunciones. En definitiva, esta es la primera obra gramatical de carácter sicolingüístico en español. Tal como señaló Ramón Menéndez Pidal en el prólogo a esta misma publicación: "En este libro se ensaya por primera vez [...] poner en conexión los estudios de psicología lingüística con los de la lengua española" (VI).