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Celeste Lassabe (1860-1927)

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Celeste Lassabe fue la fundadora y directora del periódico ilustrado La Familia. Su figura ha sido destacada "como editora de un medio moderno" y por la producción "abundante" de textos literarios y periodísticos (Arcos, Carol. "Novelas-folletín y la autoría femenina en la segunda mitad del siglo XIX en Chile". Revista Chilena de Literatura. Número 76, abril 2010, p. 64).

Marie Celeste Lassabe de Gassion nació en 1860 en la ciudad francesa de Tarbes, en el seno de una familia de la pequeña nobleza. Fue hija del ingeniero Lucien Lassabe y de Jeanne Théolinde de Gassion. Realizó sus estudios en su ciudad natal y luego ingresó al internado Soeurs de Notre-Dame en La Hulpe, en Bélgica (Hepp, Ricardo. Con letra de mujer. Celeste Lassabe Gassion. Santiago de Chile: A impresores, 2020, p. 20).

En 1881, Lassabe arribó a Chile. Junto a su esposo Phillipe Dubiau y su hija, Marie Lucie Dubiau, se trasladaron a vivir a Valparaíso. Al poco tiempo, su marido falleció. En 1886, contrajo matrimonio con el abogado y escritor Ricardo Cruz-Coke Nogueira (1861-), con quien tuvo cinco hijos.

Lassabe fue "una mujer ilustrada, que leía literatura y la prensa diaria tanto local como extranjera" (Montero, Claudia. "Trayectorias de las editoras profesionales del fin del siglo XIX en Chile". Estudios filológicos. Número 64, diciembre 2019, p. 109). Estaba al tanto de lo que ocurría en Francia y Europa y solía leer el diario parisino Le Temps, que "le llegaba en paquetes por vía marítima al país" (Hepp, p. 19). También se ha indicado que Lassabe "cuidó ciertas formas aristocráticas como la conservación de un patrimonio en joyas, obras de arte y mobiliario francés. Además del respeto por ciertos valores monárquicos, como evitar celebrar el 14 de julio como aniversario de Francia" (Montero, p. 109).

Tanto en Valparaíso como en Santiago, Lassabe cultivó "relaciones culturales que la situaron en una posición de vanguardia para una mujer de fines del siglo XIX". Organizó tertulias en su hogar, en donde junto a su esposo, recibió a "artistas, escritores, músicos, poetas, viajeros, hombres de ciencias y académicos". Algunos de sus invitados fueron los pintores Alfredo Helsby (1860-1933) y Juan Francisco González (1853-1933) (Hepp, p. 20-23).

En 1890, con el apoyo de su esposo Ricardo Cruz-Coke, Lassabe fundó el periódico La Familia. Estuvo a cargo de redactar la sección "Nuestros grabados", que funcionó como entrada de lectura al periódico, y fue la responsable de responder el correo de los lectores en la sección "Buzón de La Familia". A partir del número veinticinco de la publicación, en agosto de 1891, apareció la sección "Semana santiaguina", redactada por una joven de diecinueve años llamada Stella V., en la que hacía un comentario acerca de los últimos sucesos de la semana en Santiago, tanto en el ámbito político como social. Se ha indicado que "Stella" pudo ser uno de los seudónimos de Lassabe, por su estilo de escritura similar, así como por la semejanza en "el conocimiento que tiene de los temas que trata y la responsabilidad que asume ante los contenidos más delicados" (Hepp, p. 48).

En su rol de empresaria editorial, Lassabe introdujo estrategias "para alcanzar el mayor número de lectores posibles", como la publicidad y la distribución de La Familia por medio de agentes de prensa, lo que fue posible "solo por el moderno sistema de transporte y correo que recién se instalaba en el país" (Montero, Claudia. "Trayectorias de las editoras profesionales del fin del siglo XIX en Chile". Estudios filológicos. Número 64, diciembre 2019, p. 109). En el periódico, fue frecuente la aparición de avisos dirigidos a los agentes de prensa y a los suscriptores, en los que Lassabe solía detallar los pasos para el funcionamiento adecuado de la compra y venta de los números.

Además de su participación en La Familia como directora y redactora, colaboró con textos narrativos que firmó usando el seudónimo de Lodoiska Maapaká. Su obra más conocida, en este ámbito, fue la novela Rosa de abril, folletín de corte amoroso que se publicó entre el número 38, en noviembre de 1891, y el número 82, en septiembre de 1892. En este mismo año, se editó el texto en formato libro como parte de la colección "Biblioteca de La Familia", en la que también aparecieron obras de Juan Marsella, seudónimo de Ricardo Cruz-Coke ("Biblioteca de La Familia". La Familia. Número 81, 12 septiembre 1892, p. 45). Rosa de abril se ha destacado por ser una de las primeras novelas escritas y publicadas por autoras en Chile. Se ha indicado que esta obra presentó elementos que han caracterizado a la novela folletinesca en Chile durante el siglo XIX, como la presentación de un desenlace feliz en que los "amantes terminan juntos aun cuando han sorteado infinitos obstáculos, inclusive él había experimentado el exilio y ella la pobreza". En relación con los personajes, también se ha señalado que todos fueron "trazados sin complejidad psicológica, representando acciones y diálogos de acuerdo a una sola línea de desarrollo narrativo. Por otra parte, todos son virtuosos, abnegados y justos, y colaboran con la intriga central, pues la única contrincante que presenta el mundo narrado es la vida misma" (Arcos, Carol. Autorías femeninas fundacionales: escritoras chilenas y brasileñas del siglo XIX (1840-1890). Tesis para optar al grado de Doctora en Estudios Latinoamericanos, Universidad de Chile, 2013, p. 356-357).

En La Familia, Lassabe publicó los relatos "La tabaquera", "El collarcito de ámbar (memorias de ultratumba)", "Desposados", "Un viaje submarino", "La Torre Eiffel. Historia verdadera", "Las dos pelucas de la tía Melchora" y "Los reclutas de San Miguel". Según la visión de Carol Arcos, este conjunto de relatos corresponden a lo que caracteriza como "textos de la felicidad, que cuentan cómo parejas de amantes viven vericuetos desafortunados pero finalmente llegan a concretar su amor" (Arcos, p. 348-349). Hubo también algunos cuentos que no fueron de carácter amoroso ni tuvieron un desenlace feliz, como fue el caso de "El collarcito de ámbar (memorias de ultratumba)" y "Los reclutas de San Miguel", que tematizaron la muerte de un recién nacido.

Con posterioridad al término de la publicación de La Familia, Celeste Lassabe regresó a vivir a Valparaíso. En su hogar, se dedicó a tocar el piano, aprendió el sistema braille y elaboró tapices "casi siempre con motivos mitológicos o de fábulas" (Hepp, p. 20). En 1916, se publicó la partitura de la canción "Pensando en ti" como parte de la serie "Álbum romántico para guitarra sola". La letra fue escrita por Celeste Lassabe y la música por Antonio Alba (1873-1940), compositor y guitarrista catalán que se asentó en Chile en 1895 (Solís, Luis. El toque flamenco, Antonio Alba y la música de salón en Chile, a comienzos del siglo XX. Tesis para optar al grado de Magíster en Artes, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2013, p. 51). Celeste Lassabe falleció en Chile en 1927.

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