Desde 1934, Zig-Zag tuvo una actividad editorial incesante y entre sus principales proyectos estuvo la publicación de escritores chilenos. Zig-Zag fue muy significativa para el impulso del criollismo, la Generación Literaria de 1927 y la de 1938; asimismo, dio a conocer escritores como Mariano Latorre, Fernando Santiván, Rafael Maluenda, Marta Brunet, Salvador Reyes, Eduardo Barrios y Baldomero Lillo.

Con la Segunda Guerra Mundial hubo dificultades para traer impresos desde el extranjero, esto fue muy beneficioso para la editorial, porque le permitió usufructuar de una amplia cartera de derechos de autor, abasteciendo al país con libros clásicos y contemporáneos extranjeros que de otra manera hubiera sido imposible de conseguir. Además, fue una época muy prolífica, ya que coincidió con la llegada de intelectuales que huían de revoluciones y conflictos armados, como la revolución española y Zig-Zag los acogió como colaboradores y directores literarios y periodísticos. Algunos de los más destacados contribuyentes fueron: Darío Carmona, José María Souviron, Luis Alberto Sánchez, Alberto Ostria Gutiérrez y Manuel Seoane.

En este período, se compró una nueva rotativa de huecograbado de gran rendimiento y otra rotativa con seis cilindros para impresión de huecograbado en colores.