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El Charivari (1867-1870)

El Charivari fue un periódico satírico chileno que integró de forma permanente las caricaturas en sus páginas. Tuvo entre sus redactores principales a Vicente Grez (1847-1909) y a Luis Rodríguez Velasco (1838-1919), quien ya había tenido experiencia como escritor satírico en la segunda época de El Correo Literario.

Su primer número apareció el 29 de junio de 1867, en el segundo gobierno de José Joaquín Pérez Mascayano (1800-1889), momento durante el cual existió una mayor libertad de imprenta por lo que comenzaron a publicarse varios medios satíricos en el país (Antezana, Lorena. "La caricatura de prensa chilena". Centro de Estudios de la Comunicación Universidad de Chile. Documentos de trabajo. Número 3, 2006, p. 30).

En total, El Charivari publicó 126 números y se editó en los talleres de la Imprenta de la Unión Americana, "con distintos formatos y presentando ilustraciones en colores en algunos casos" (Díaz, Cristian. "La historieta en Chile". Revista Latinoamericana de estudios sobre la historieta. Volumen 2, número 6, 2002, p. 79).

El Charivari tomó el título y formato del periódico francés Le Charivari, fundado por Charles Philipon (1800-1861), que apareció en París entre 1832 y 1837 y que se caracterizó por sus caricaturas satíricas. El término "Charivari" hace alusión a una "palabra francesa con que se designa un ruido discordante, producido con sartenes, cacerolas, silbidos, gritos, etc.", significado que marcaba el sentido del periódico como un medio disruptivo para las figuras públicas de la época a quienes dirigía sus sátiras (Donoso, Ricardo. La sátira política en Chile. Santiago de Chile: Imprenta Universitaria, 1950, p. 65).

Tanto en el titular del medio como en las caricaturas de sus páginas solía aparecer la figura de un bufón, "un personaje institucional" que "llega a ser reconocible por el lector como un anfitrión del periódico que interactúa en situaciones de actualidad con los protagonistas caricaturizados" (Montealegre, Jorge, citado en Monsalves, Jorge. Breve historia de la narrativa gráfica chilena: un viaje por la historieta nacional y una mirada a la reflexión académica. Tesis para optar al grado de Magíster en Literatura Hispánicas. Universidad de Concepción, 2017, p. 57).

Los sujetos retratados en El Charivari eran miembros del clero y políticos chilenos. En el primer grupo, se atacaba, en general, la "intromisión en el Estado" de la Iglesia Católica y, en particular, a la figura del arzobispo Rafael Valentín Valdivieso (1804-1878) (Antenaza, p. 30). En cuanto a la bancada política "fue una publicación que atacó al presidente José Joaquín Pérez a quien (…) tildaban de antipatriota" durante el periodo de la guerra de Chile contra España (Díaz, p. 79). También, se le "motejaba de flojo e indolente en la conducción del país, por lo que se lo caricaturizaba siempre junto a una tortuga" (Cornejo, Tomás. "La injuria en imágenes: el vilipendiado honor de los hombres públicos chilenos en la prensa satírica (1860-1900)". Nuevo mundo. Mundos nuevos, 2006).

No solo el jefe de gobierno era blanco de la sátira, sino que también los congresistas. En el medio, se presentaban las discusiones parlamentarias "como un proceso poco serio"; por ejemplo, en el número 18, se publicó una caricatura en la que estos políticos tenían como asuntos en su tabla de discusión: "Jamón, queso, chicha, pasteles, helado" (Velásquez, Gabriela. Un Chile para la risa. La política chilena entre los años 1958 a 1970 a través de la sátira política de la revista Topaze. Tesis para optar al título de Profesora de Historia y Ciencias Sociales y los grados de Licenciada en Educación y Licenciada en Historia. Universidad austral de Chile, 2015, p. 20).

A pesar de que la crítica que lanzó el medio hacia las figuras políticas no sufrió de censura o persecución por parte del poder ejecutivo, El Charivari, sí estuvo involucrado en un juicio de imprenta que tuvo como consecuencia para el medio que Luis Rodríguez Velasco, uno de sus redactores, fuera multado. En este proceso Benjamín Vicuña Mackenna (1831-1886) denunció a este periódico, a La Linterna del Diablo y a El Ferrocarril (1855-1910) por injurias y calumnias. Sin embargo, "la acusación no impidió la circulación del periódico, que siguió imprimiéndose" hasta el número 126 (Silva Castro, Raúl. "Introducción biográfica". En Grez, Vicente. La vida santiaguina. Santiago: Andrés Bello, 1968, p. 11).