El primero de Agosto de 1973 partió una gira corta que contemplaba máximo quince días en el extranjero y actuaciones en Bogotá. Los planes cambiaron en la marcha, después de Manizales, donde la política tenía una fuerte influencia sobre la muestra del festival y donde recibieron criticas y público confusos y contradictorios, actúan en el Festival de Teatro de Bogotá, en el de San Juan de Puerto Rico y en el primer Festival Internacional de Teatro de Venezuela. En Caracas recibieron la noticia del golpe de Estado en Chile. Algunos integrantes de la compañía se quedaron en Venezuela, Enrique y otros volvieron a Chile.

El regreso no fue fácil. Aunque Enrique sostenía que la cultura no podía morirse en un país, independiente del régimen imperante el trabajo por ella debía seguir existiendo, que no tenía mucho sentido hacerlo fuera del propio país. Él quería ser ante todo un creador y trabajador del arte en su propio país. Con deudas, pérdidas de vestuario, la disgregación de su elenco y otros problemas, Noisvander partió de nuevo. Fue contratado por el Departamento de Artes de la Representación de la U. de Chile (D.A.R.) para dar clases. Rearmó su compañía, integrando nuevos elementos jóvenes. Hicieron una gira a Buenos Aires, participaron del Festival del Mimo obteniendo, una vez más, excelentes críticas.