En 1953, el Teatro de mimos de Enrique Noisvander, se conformó con: Ricardo García, Raimundo Hedera, Gonzalo Muñoz -todos estudiantes de ingeniería- y antiguos integrantes, como Nora y Bacho Salvo, Luis Aliaga y un par de estudiantes de teatro, Fernando Bordeau y Víctor Jara. El taller estaba en Mosqueto con Merced y era, según uno de los integrantes, un verdadero nido de artistas, ya que ahí también trabajaban un escultor y un grupo de danza, generándose un foco de creación y un lugar sumamente atractivo en términos de movimiento artístico. Sin embargo aún trabajaban como un grupo de aficionados, ya que todos tenían actividades durante el día y sólo al terminarlas se podían reunir para ensayar y crear. Todos los ejercicios y el método de trabajo eran creados por Noisvander, en base a su corta pero intensa experiencia con Jodorowsky además de su intuición, por lo mismo iban variando según el resultado que lograban o el objetivo que se planteaban. Todos los ensayos eran dirigidos por él , así como eran también de su autoría todas las ideas que se transformaban en argumentos para futuras puestas en escena.