Los postulados de la Cruz Roja Internacional, contenidos en el Convenio de Ginebra, 1864, se pusieron en práctica en Chile durante la Guerra del Pacífico gracias a las gestiones de diversos personajes públicos como las del Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, don Alejandro Fierro; las del Ministro de Guerra y Marina, don Cornelio Saavedra; y las del Encargado de Negocios en Bélgica, don Eduardo Sevé.

Junto con las actividades de la Cruz Roja Chilena, comenzaron a difundirse los postulados de la medicina de urgencia que se empezaba a enseñar en las aulas universitarias. Entre las nuevas prácticas destacó el uso de ambulancias destinadas al socorro de los heridos de tierra y de mar, las que eran reconocidas como neutrales y respetadas con arreglo a las leyes de beligerancia. Se instalaron diferentes hospitales de guerra en distintos puntos del país, los que tenían como finalidad ofrecer servicios de sanidad y asistencia religiosa a los enfermos. Se crearon los Hospitales de Sangre en los pueblos y ciudades ocupadas, en los que se realizaron las primeras transfusiones. Finalmente, se formaron Asociaciones de Señoras (enfermeras de guerra) destinadas a la asistencia de los enfermos, heridos y prisioneros de guerra. Destacó en esta ocasión la participación de las señoritas Ossa, hijas de Francisco Ignacio Ossa; Magdalena Vicuña Subercaseaux y sus hijas; y la abnegada labor humanitaria y sanitaria de doña Juana Ross de Edwards. Estas asociaciones desaparecieron poco tiempo después de concluir la guerra.

Asimismo, hubo una activa presencia de autoridades médicas en la organización de estos servicios. El médico Conrado Ríos se destacó por los aportes a la higiene militar; Guillermo Castro Espinosa, asistió a los heridos en campaña y dejó un diario de campaña en el que consignó sus experiencias médicas en batalla; Wenceslao Díaz, quien organizó el primer Servicio Sanitario del Ejército en Campaña que asistiría a los heridos y enfermos en el norte; Nicanor Rojas, primer coordinador de la anterior organización; Ramón Allende Padín y Teodosio Martínez Ramos, ambos colaboradores en campaña.