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Phillip Parker King, Robert Fitz-Roy y las expediciones del HMS Adventure y HMS Beagle

Durante los siglos XVII y XVIII se desarrollaron distintas expediciones entre los océanos Atlántico y Pacífico, la mayoría de ellas visadas por la corona española, que mantenía el dominio sobre los territorios americanos y el Estrecho de Magallanes. Por ello, la libertad de tránsito por las costas de Sudamérica y el paso austral era muy limitada y dependía de las conflictivas relaciones entre las naciones europeas en expansión, lo que propició el contrabando, el pillaje, la piratería y constantes enfrentamientos entre barcos de distinto origen.

Esta situación cambió con el debilitamiento de la hegemonía española y la consolidación de los procesos independentistas de sus antiguas colonias, las que implementaron el libre comercio con todas las naciones y favorecieron, sobre todo, las relaciones diplomáticas con Gran Bretaña, que para la segunda década del siglo XIX se constituyó como la principal potencia imperial del mundo.

Aquello permitió el desarrollo de expediciones de redescubrimiento y reconocimiento de las tierras americanas, específicamente de las zonas australes, en la búsqueda de rutas más rápidas y seguras que conectaran los puertos británicos y otros países europeos con el comercio americano, con Asia y Oriente en general. La exploración del Estrecho de Magallanes permitió crear una ruta alternativa a la del Cabo de Buena Esperanza al sur de África.

Fue en ese contexto que, en 1825, el almirantazgo de la armada británica planificó una serie de viajes de exploración, con el fin de realizar estudios hidrográficos de las costas sudamericanas y de las tierras y canales australes de Argentina y Chile. Dicha tarea fue encomendada al capitán Phillip Parker King (1793-1856), connotado marino con experiencia hidrográfica en los mares de Oceanía, quien estuvo a cargo de la flota formada por los barcos HMS Adventure y HMS Beagle, este último bajo dirección de Pringle Stokes (1793-1828). El trabajo de Parker King fue también de carácter naturalista, ya que se le comisionó recopilar información sobre la flora y fauna de los territorios recorridos y formar colecciones de objetos que permitieran su estudio científico posterior. La flota zarpó del puerto de Plymouth el 22 de mayo de 1826 (Urbina Carrasco, Ximena. "La expedición hidrográfica inglesa de Phillip Parker King en el extremo austral americano, 1826-1830: el memorial dejado en la isla Skyring, conservado en el Museo Martín Gusinde". Colecciones Digitales, Subdirección de Investigación, Servicio Nacional del Patrimonio Cultural. Bajo la Lupa, 2018, p. 3-4).

Entre 1827 y 1830, la expedición de Parker King dividió su tarea en cuatro campañas que recorrieron las costas de Brasil, Uruguay, Argentina y Chile. Ambas embarcaciones examinaron exhaustivamente los canales australes, descubriendo varios pasos nuevos, los que eran recorridos constantemente por los pueblos canoeros fueguinos, entre Aónikenk, Yámana, Yagán y Kawésqar, con quienes hicieron intercambios de objetos como monedas, botones y prendas de vestir, por carne de guanaco. Fue de gran importancia la información geográfica entregada por los barcos balleneros y loberos tanto británicos como norteamericanos con los que se topó la expedición. Guiaron su viaje también los diarios y anotaciones de viajeros españoles e ingleses que en siglos previos ya habían hecho la travesía.

El cuartel de Parker King fue Puerto de Hambre, lugar de salida y reunión de ambos barcos. Las tres primeras campañas -entre 1827 y 1828- fueron bastante regulares, completando en ambas ocasiones los viajes de ida y regreso entre Río de Janeiro y Tierra del Fuego. Durante la tercera campaña, Phillip Parker King visitó Valparaíso y Santiago, y se entrevistó con el presidente Francisco Antonio Pinto (1785-1858), a quien le presentó los propósitos de la expedición y puso a disposición sus servicios como empleado de la Corona para fines diplomáticos y comerciales. La nave de Parker King hizo su retorno por el archipiélago de Juan Fernández y Ancud, para luego llegar nuevamente a Tierra del Fuego.

La cuarta campaña de la primera expedición se realizó a fines de 1829. Debido al fallecimiento del capitán Stokes en Puerto de Hambre, el mando del bergantín HMS Beagle fue tomado por Robert Fitz-Roy (1805-1865), uno de sus hombres de confianza. Este continuó la expedición marítima donde descubrieron uno de los canales más importantes del trayecto, el que nombraron Canal Beagle. Tuvo contacto también con varios grupos indígenas, y, en una de las ocasiones, decidió tomar como rehenes a tres hombres y una niña, a los que bautizaron como Jemmy Button (yagán), York Minster, Boat Memory, y Fuegia Basket (kawésqar). Luego del rapto, la idea principal de Fitz-Roy fue trasladarlos a Inglaterra, donde ingresaron a una escuela de Walthamstow, bajo supervisión del religioso Richard Matthews. Fitz-Roy pretendía -a partir de la educación cristiana- convertirlos en intermediarios entre el mundo moderno y sus pueblos de origen. Si bien no fueron puestos en exhibición al público de Londres, los fueguinos sí pasaron por la corte de los reyes y fueron presentados a la aristocracia como una exótica novedad (López, Lorena. "Fitz-Roy, Darwin y los zoológicos humanos en Jemmy Button de Benjamín Subercaseaux". Revista de humanidades, Número 25, junio de 2012, p. 100-104).

Durante las campañas lideradas por Parker King se visitó y dio nombre a lugares como el archipiélago de Cabo de Hornos, Cabo Froward y Cabo Pilar; Islas Direction; islotes Evangelistas; Cabo Victoria; Isla Dawson, Canal Magdalena; Tres Montes; Bahía San Nicolás; Bahía Wood; Cabo Holland; Isla Clarence; Tierra del Fuego; Isla de los Estados; Caleta Saint Martin, entre otros. El capitán Parker King publicó sus memorias en 1831 bajo el título Sailing Directions to the Coast of Eastern and Western Patagonia, including the Straits of Magalhaen and the Sea Coast of Tierra del Fuego.

Posteriormente se preparó una segunda expedición, la que debía contar con el liderazgo de Parker King, aunque su salud no lo permitió. A cargo de esta quedó entonces Robert Fitz-Roy, quien zarpó de Davenport el 27 de diciembre de 1831 a bordo del HMS Beagle e incluyó en su tripulación al naturalista Charles Darwin (1809-1882) y al dibujante Augustus Earle (1793-1838), quien fue reemplazado durante el viaje por el pintor Conrad Martens (1801-1878). También iban en el barco tres de los indígenas fueguinos que Fitz-Roy había raptado en la expedición previa -Boat Memory falleció en Londres- acompañados de Matthews, quien tenía la intención de iniciar una misión religiosa.

Este segundo viaje tuvo como finalidad completar el estudio de las costas de la Patagonia y Tierra del Fuego iniciado por Parker King, levantar los planos de las costas de Chile, Perú y de algunas islas del Pacífico, y realizar una serie de observaciones cronométricas alrededor del mundo. Esta expedición, que recorrió las costas chilenas durante tres años y en la que Darwin realizó sus principales observaciones naturalistas, terminó en 1836 luego de recorrer parte importante de Oceanía.

En Inglaterra, Fitz-Roy se dio a la tarea de publicar en 1839 los tres volúmenes que contuvieron el diario del capitán Phillip Parker King, el diario del propio Fitz-Roy donde, además de dar conocimiento de sus trabajos geográficos, hizo importantes comentarios antropológicos sobre los pueblos fueguinos, y el diario de viaje de Charles Darwin, todos bajo el título de Narrative of the Surveying Voyages of his Majesty's Ships "Adventure" and "Beagle" between the years 1826 and 1836, con ilustraciones de Parker King, Augustus Earle y Conrad Martens (Martinic, Mateo y Porter, Charles. "El hidrógrafo Phillip Parker King en aguas magallánicas (1826-1830). Hallazgo y recuperación del testimonio de su estadía en el estrecho". Anales Instituto Patagonia, serie Ciencias Históricas, Volumen 29, 2001, p. 79-102).